
¡Lo jodierón al chino carajo!
Corrió la voz, como un fugaz destello de esperanza feliz hoy no tenemos lugar para la tristeza.Los señores de la muerte, los que creyeron haber vencido agonizan izando copas de hastío. Compañeros, están aquí tenaces entre nosotros, en nosotros porque dar la vida por la libertad, la libertad de otros, es en verdad no morir nunca jamás. Hoy no tenemos lugar para la tristeza, En aquel lugar perduran 14 flores que unos jóvenes ofrendaron.